Aucas vs: El Clásico capitalino de los indígenas




En la ciudad de Quito, Ecuador, existe un partido de fútbol único y apasionante que se ha convertido en un verdadero "clásico" del fútbol ecuatoriano: el partido entre Aucas y El Nacional.

Ambos equipos representan a dos comunidades indígenas de la ciudad, y su rivalidad trasciende lo deportivo, convirtiéndose en una expresión de identidad cultural y orgullo comunitario.

Aucas, fundado en 1945, representa a la comunidad indígena de los Kichwa del Oriente Ecuatoriano. Por otro lado, El Nacional, fundado en 1964, representa a la comunidad indígena de los Shuar de la Amazonía Ecuatoriana.

  • Orígenes humildes: Tanto Aucas como El Nacional tuvieron orígenes humildes y se esforzaron mucho para escalar en las filas del fútbol ecuatoriano.
  • Identidad cultural: Los partidos entre Aucas y El Nacional van más allá del fútbol. Representan a dos comunidades indígenas únicas con sus propias culturas, tradiciones y cosmovisiones.
  • Rivalidad amistosa: A pesar de la intensa rivalidad en la cancha, los aficionados de ambos equipos se respetan mutuamente fuera del estadio.
  • Jugadores destacados: A lo largo de los años, ambos equipos han producido jugadores destacados que han representado a Ecuador en la escena internacional.
  • Ambiente electrizante: Los partidos entre Aucas y El Nacional se caracterizan por su ambiente electrizante, con cánticos, tambores y una multitud apasionada.

El clásico "Aucas vs" se ha jugado durante décadas, creando innumerables momentos memorables y leyendas en el fútbol ecuatoriano.

En 2017, Aucas hizo historia al derrotar a El Nacional por 4-0, lo que provocó una euforia colectiva entre los aficionados de la comunidad indígena Kichwa.

Por otro lado, en 2020, El Nacional ganó el clásico por 3-1, lo que demostró la fuerza y el espíritu resiliente de la comunidad indígena Shuar.

El partido "Aucas vs" es más que un simple partido de fútbol. Es una celebración de la diversidad cultural, el orgullo indígena y el amor por el deporte que une a una ciudad.

Cada vez que estos dos equipos se enfrentan en el campo, no solo se juegan tres puntos, sino también el honor de dos comunidades indígenas.

Es un partido que trasciende el fútbol, convirtiéndose en un símbolo de unidad, respeto y la vibrante cultura de Ecuador.