¿Son tus vecinos brujas, magos o simplemente unos viejos excéntricos?




Vivir junto a una casa misteriosa siempre es emocionante. Hay algo en no saber qué está pasando detrás de esas paredes que despierta nuestra curiosidad. ¿Son tus vecinos brujas, magos o simplemente unos viejos excéntricos?

En mi caso, mis vecinos de al lado eran un par de ancianos peculiares. El Sr. Johnson, un hombre alto y delgado con una expresión seria, siempre llevaba puesto un sombrero de copa y un bastón. La Sra. Johnson, una mujer regordeta y amable, tenía una sonrisa perpetua y hablaba en un tono susurrante.

Nunca los vi salir de casa durante el día, y por la noche, sus ventanas siempre estaban a oscuras. Pero a menudo escuchaba extraños ruidos provenientes de su casa: risas espeluznantes, gritos ahogados y el ocasional sonido de algo rompiéndose.

Un día, no pude resistir la tentación y fui a llamar a su puerta. El Sr. Johnson abrió con una expresión de asombro.

"Buenas tardes, Sr. Johnson", dije. "Soy su vecina de al lado".

"Ah, sí", dijo, con voz ronca. "La jovencita curiosa".

La Sra. Johnson asomó por detrás de su marido, sus ojos centelleantes.

"Pasa, niña", dijo. "Tenemos algo que mostrarte".

Entré en la casa y me quedé sin palabras. Las paredes estaban cubiertas de libros antiguos encuadernados en cuero, y en el medio de la habitación había una mesa redonda con un pentagrama tallado.

"Somos brujas", dijo el Sr. Johnson. "Y estábamos esperando que llegaras".

Me quedé allí parada, boquiabierta. ¿Brujas? ¿De verdad?

"No te preocupes", dijo la Sra. Johnson. "No te haremos daño. Solo queremos compartir nuestro conocimiento contigo".

Y así, los Johnsons me enseñaron sobre hierbas medicinales, hechizos de protección y el arte de leer las cartas. Me convirtieron en su aprendiz, y yo pasé los siguientes años aprendiendo todo lo que pude sobre la magia.

Nunca le conté a nadie mi secreto, pero hasta el día de hoy, miro a la casa de al lado con una sonrisa. Porque sé que dentro de esas paredes se esconde un mundo de maravillas, y estoy agradecida de haberlo experimentado.

Así que, ¿quién sabe? Tal vez tus vecinos no sean tan normales como parecen. Quizás sean brujas, magos o simplemente personas extraordinarias con historias fascinantes que contar.