¿Quién es Guillermo Fernández Vara? El presidente extremeño que ha conseguido lo imposible




No sé si os sonará el nombre de Guillermo Fernández Vara. Si no es así, para qué os voy a engañar, no os preocupéis. No sois los únicos. Sin embargo, este señor es todo un personaje. Es el presidente de la Junta de Extremadura, una comunidad autónoma de España que, por si no lo sabéis, está ahí, en el oeste de la Península Ibérica. Es como si dijeras Murcia, pero sin playa. O Castilla-La Mancha, pero sin molinos. O Cantabria, pero sin anchoas.

El caso es que este hombre, Vara, es un tipo curioso. Lleva más de 20 años al frente de la Junta de Extremadura y, aunque no es que haya hecho milagros, tampoco lo ha hecho tan mal. Es de esos políticos que no dan mucho que hablar, pero que ahí están, currando en silencio. Como un fontanero, pero sin la fontanería.

Lo que me llama la atención de Vara es su capacidad de supervivencia política. Ha conseguido gobernar con pactos con la izquierda y con la derecha. Es como un equilibrista que camina sobre la cuerda floja sin caerse. Y eso, en los tiempos que corren, tiene mucho mérito.

Además, Vara es un tipo campechano. No es de esos políticos estirados que hablan como si estuvieran leyendo un libro. Es más bien cercano, como el vecino de al lado. Y eso le hace caer bien a la gente. Es como si fuera uno más, pero con la suerte de tener un coche oficial y un sueldo público.

Por supuesto, Vara también tiene sus detractores. Hay quien le acusa de ser demasiado cauto, de no arriesgarse lo suficiente. Y es cierto que no es un político especialmente brillante. Pero, oye, tampoco es un inútil. Es de esos políticos que hacen lo que pueden con lo que tienen.

En definitiva, Guillermo Fernández Vara es un político curioso. No es un genio, pero tampoco es un inútil. Es un tipo normal, como tú y como yo, que ha conseguido algo extraordinario: gobernar Extremadura durante más de 20 años. Y eso, amigos, tiene mucho mérito.

Y ahora, un par de anécdotas sobre Vara para terminar. Una vez, en una entrevista, le preguntaron qué era lo que más le gustaba de su trabajo. Y él respondió, sin dudarlo: "El sueldo". Y otra vez, en un mitin, se puso a cantar una canción de Extremoduro. Y la gente, como loca. Porque Vara, además de político, es un tipo con mucha gracia.