Obispo Salvador Rangel Mendoza, un pastor y líder excepcional




En el corazón del pueblo de Guasave, Sinaloa, nació una figura excepcional, el Obispo Salvador Rangel Mendoza. Su vida, dedicada al servicio espiritual y al bienestar de la comunidad, dejó una huella indeleble en la historia de la Iglesia Católica y en el alma de innumerables creyentes.
El joven Salvador Rangel demostró desde temprana edad una profunda vocación por la vida religiosa. Siguiendo su llamado, ingresó al Seminario Diocesano de Mazatlán, donde se formó como sacerdote. Ordenado en 1954, inició su ministerio sacerdotal en la parroquia de San Juan Bautista de Guasave.
Su labor pastoral se caracterizó por su incansable servicio a los más necesitados. Fundó la asociación civil "Hogar del Anciano", donde encontró un hogar para los ancianos abandonados y vulnerables. Su corazón, siempre atento a las injusticias sociales, lo llevó a crear la "Casa de Ayuda Integral", un centro de apoyo para madres solteras y sus hijos.
En 1973, el Papa Pablo VI lo nombró Obispo de la Diócesis de Guasave. Como pastor, su liderazgo iluminó el camino de innumerables personas, convirtiéndose en un faro de fe y esperanza. Su humildad y sencillez lo hicieron cercano a su pueblo, ganándose el cariño y respeto de todos.
Bajo su guía, la diócesis experimentó un crecimiento espiritual y material sin precedentes. Estableció nuevas parroquias, fundó escuelas y hospitales, y promovió el desarrollo integral de la comunidad. Su legado como constructor de templos y centros de caridad permanece vivo hasta nuestros días.
Pero más allá de su incansable labor pastoral, el Obispo Rangel Mendoza fue un hombre de profunda erudición y sensibilidad artística. Cultivó el gusto por la literatura, la música y la pintura, encontrando en ellas una fuente de inspiración y renovación espiritual.
Su amor por la palabra escrita se reflejó en sus numerosos artículos y libros, en los que compartió sus reflexiones teológicas y sus vivencias pastorales. Sus palabras, llenas de sabiduría y compasión, siguen guiando e inspirando a creyentes y no creyentes por igual.
Sin embargo, el rasgo más distintivo del Obispo Rangel Mendoza fue su inquebrantable fe en la bondad humana. Creía firmemente en el poder del amor y el perdón para transformar corazones y sanar heridas. Su mensaje de reconciliación y unidad resonó profundamente en un mundo marcado por la división y el conflicto.
A lo largo de su vida, recibió numerosos reconocimientos y distinciones por su labor pastoral y social. En 2007, el Gobierno del Estado de Sinaloa le otorgó la Medalla al Mérito Cívico "Benito Juárez" por su invaluable aportación al desarrollo de la comunidad.
El 14 de noviembre de 2018, el Obispo Salvador Rangel Mendoza falleció en el seno de su familia espiritual y rodeado de la admiración y el cariño de su pueblo. Su legado como pastor, líder y hombre de fe continúa siendo una fuente de inspiración y guía para todos aquellos que creen en el poder transformador de la misericordia y el amor.
Que su ejemplo nos anime a dar testimonio de nuestra fe con acciones concretas de servicio y compasión, y a contribuir a construir una sociedad más justa, solidaria y humana.