¡Julio Salinas, el delantero que llegó desde la segunda para enamorar al Camp Nou!




Julio Salinas Fernández, un nombre que retumbó en los estadios de España y Europa durante la década de los 80 y 90. Un delantero con una zurda prodigiosa y un olfato goleador excepcional que hizo las delicias de los aficionados de equipos como el Athletic Club de Bilbao, el FC Barcelona o el Deportivo de La Coruña.

Nacido en Bilbao en 1962, Salinas comenzó su carrera futbolística en las categorías inferiores del Athletic de Bilbao. Allí, su talento no pasó desapercibido y rápidamente llamó la atención de los ojeadores del primer equipo. Sin embargo, el joven delantero tuvo que esperar su oportunidad hasta la temporada 1982/83, cuando debutó con el Athletic en la Primera División. Y vaya si la aprovechó.

En su primera campaña en la élite, Salinas se convirtió en el máximo goleador del equipo con 15 tantos. Su velocidad, su habilidad para desmarcarse y su precisión en el remate causaron estragos en las defensas rivales. El delantero bilbaíno se convirtió en un ídolo para la afición rojiblanca y en uno de los delanteros más codiciados del momento.

Un año después, Salinas dio el salto al FC Barcelona. El club azulgrana pagó 250 millones de pesetas (unos 1,5 millones de euros) por su fichaje, una cifra récord en aquella época. En el Camp Nou, Salinas se encontró con un equipo plagado de estrellas, como Maradona, Schuster o Lineker. Pero el delantero vasco no se amilanó y supo hacerse un hueco en el once inicial.

En sus tres temporadas en el Barcelona, Salinas ganó dos Ligas y una Copa del Rey. Además, marcó 67 goles en 174 partidos, convirtiéndose en uno de los delanteros más prolíficos de la historia del club. Sin embargo, la llegada de Johan Cruyff al banquillo azulgrana en 1988 supuso un cambio de filosofía que no favoreció a Salinas, quien acabó marchándose al Deportivo de La Coruña en 1989.

En el Dépor, Salinas vivió una segunda juventud. Allí, formó una pareja de ensueño con Bebeto y se convirtió en el máximo goleador del equipo durante varias temporadas. En 1992, el delantero vasco ganó la Copa del Rey con el Deportivo, un título que supuso la primera gran gesta en la historia del club gallego.

Salinas colgó las botas en 1997, después de una larga y exitosa carrera. En su palmarés figuran tres Ligas, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y una Copa de Europa. Además, fue internacional con España en 56 ocasiones y marcó 22 goles con la selección. Pero más allá de los títulos y los goles, Salinas dejó un recuerdo imborrable en los aficionados por su calidad, su entrega y su carácter alegre y simpático.

Hoy en día, Julio Salinas sigue vinculado al mundo del fútbol como comentarista deportivo. Desde los micrófonos, el exdelantero sigue analizando el juego con la misma pasión y lucidez que cuando jugaba. Además, Salinas es un habitual en los campos de fútbol, donde siempre es recibido con cariño y admiración por los aficionados.

    El gol más importante de Salinas
  • El gol que le dio al Athletic de Bilbao la victoria en la final de la Copa del Rey de 1984 ante el FC Barcelona. Salinas marcó el único gol del partido en el minuto 89, dando así el primer título copero al Athletic en casi 30 años.
  • El partido más memorable de Salinas
  • El partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa de 1986 entre el FC Barcelona y el IFK Göteborg. Salinas marcó los dos goles de la victoria del Barcelona (2-0) y fue decisivo para que el equipo azulgrana alcanzara las semifinales de la competición.
  • El mejor compañero de Salinas
  • Bebeto. El delantero brasileño y Salinas formaron una pareja de ensueño en el Deportivo de La Coruña durante la década de los 90. Juntos, marcaron más de 100 goles y llevaron al Dépor a ganar su primera Copa del Rey.
  • El rival más difícil de Salinas
  • Ronald Koeman. El central holandés fue uno de los mejores defensas del mundo en la década de los 80 y 90. Salinas siempre destacó la dificultad que tenía enfrentarse a él, debido a su físico imponente y a su gran calidad técnica.

Julio Salinas, un delantero que llegó desde la segunda para enamorar al Camp Nou y que dejó un recuerdo imborrable en los aficionados al fútbol. Su calidad, su entrega y su carácter alegre y simpático le convirtieron en uno de los jugadores más queridos y admirados de la historia de nuestro fútbol.