¡El clásico rosarino: Argentinos Juniors vs. Rosario Central!




El fútbol es pasión, emoción y rivalidad. Y cuando se trata del clásico rosarino, entre Argentinos Juniors y Rosario Central, todo se multiplica. Dos equipos con una historia rica y gloriosa, que se enfrentan en un duelo que paraliza la ciudad.

Los orígenes de esta rivalidad se remontan a los primeros años del siglo XX, cuando ambos clubes disputaban el dominio del fútbol rosarino. Con el paso del tiempo, la rivalidad se fue intensificando, hasta convertirse en una de las más apasionantes del país.

Los partidos entre Argentinos y Central son siempre especiales. El estadio colmado, la hinchada enardecida y la tensión palpable en el ambiente. Cada encuentro es una historia aparte, llena de emociones y momentos inolvidables.

  • El gol de la victoria: Uno de los recuerdos más imborrables para los hinchas de Argentinos es el gol de Alberto "Beto" Acosta en el Torneo Clausura 1991. Un cabezazo en el último minuto que selló el triunfo y desató la locura en el Gigante de Arroyito.
  • El milagro de Central: En el Torneo Nacional 1987, Rosario Central protagonizó una remontada épica en la final contra Argentinos. Tras perder 2-0 en el partido de ida, los Canallas se impusieron 4-0 en el Gigante, dando vuelta la serie y coronándose campeones.
  • El clásico de las "dos caras de Rosario": En el Campeonato Nacional 1971, los equipos se enfrentaron en una semifinal dramática. Argentinos ganó 1-0 en el Parque Independencia, pero Central se impuso 2-1 en el Gigante, provocando un desempate que finalmente ganó el Bicho.

Más allá de la rivalidad, los hinchas de ambos equipos comparten un amor profundo por el fútbol y por su ciudad. El clásico rosarino es una fiesta deportiva que se vive con pasión y respeto, y que deja profundas huellas en la memoria colectiva.


Yo, como hincha de Argentinos, he vivido infinidad de clásicos rosarinos. Desde la euforia de las victorias hasta la desilusión de las derrotas. Pero todos ellos han quedado grabados en mi corazón, como parte de mi identidad como rosarino.

Recuerdo un clásico en particular, en el que Argentinos se impuso 3-1 en el Gigante. Fue un partido inolvidable, en el que el equipo jugó con una actitud arrolladora y la hinchada alentó sin parar. Salí del estadio con una sensación de felicidad absoluta, cantando y saltando por las calles de Rosario.

El clásico rosarino es más que un partido de fútbol. Es una pasión que une a los hinchas de ambos equipos, más allá de la rivalidad. Es una expresión de la identidad rosarina, de la garra y la pasión que caracterizan a esta ciudad.

¡Que viva el fútbol, que viva el clásico rosarino!