¡Antoñito Molina, el artista del pueblo!




Con esa simpatía andaluza y ese aire de bonachón que lo caracterizaban, Antoñito Molina irrumpió en el mundo del cine y la música hace ya más de medio siglo. Su nombre se grabó a fuego en la memoria de varias generaciones, conquistando corazones con su voz y su carisma.

El niño prodigio

Nacido en 1927 en Totalán, Málaga, Antonio Molina Flores, más conocido como Antoñito Molina, mostró desde muy temprana edad sus dotes artísticas. A los 14 años ya formaba parte del Teatro Infantil de Lola Flores, y poco después fichó por la compañía de Estrellita Castro. Su encanto natural y su voz afinada le abrieron las puertas al mundo del espectáculo, donde no tardaría en brillar con luz propia.

El galán del cine español

En los años 50, Molina debutó en el cine con la película "Puente de coplas", dirigida por Ignacio F. Iquino. Su éxito fue inmediato, y en poco tiempo se convirtió en uno de los galanes más populares del cine español. Su talento interpretativo y su química en la pantalla con actrices como Juanita Reina o Marujita Díaz le llevaron a protagonizar más de 70 películas, muchas de ellas auténticos clásicos del cine español.

La voz de España

Pero no solo el cine cautivó a Molina. Su pasión por la música lo llevó a grabar más de 50 discos, en los que demostró su gran versatilidad. Desde las alegres sevillanas hasta los boleros románticos, pasando por los tradicionales fandangos, Molina cantó con igual maestría a los amores y desamores, a la tierra y a la vida. Sus canciones, como "Soy minero", "Viva España" o "Adiós a España", se convirtieron en himnos populares que aún hoy se siguen cantando y bailando en todo el mundo.

Un artista de verdad

Detrás de la fachada de artista popular, Antoñito Molina era un hombre sencillo, cercano y comprometido con su tierra. Siempre se sintió orgulloso de sus raíces andaluzas, y su amor por el flamenco quedó patente en muchas de sus canciones y películas. Fue un artista que supo conectar con el público porque era auténtico, porque transmitía verdad en cada una de sus interpretaciones.

El legado de un mito

Antoñito Molina falleció en 1992, dejando un legado artístico imborrable. Su música y sus películas siguen alegrando a millones de personas, y su figura sigue siendo un referente para artistas y aficionados a la cultura popular. El artista del pueblo, como cariñosamente lo llamaban, permanecerá siempre en la memoria de todos los que amamos el arte y el buen hacer.